24.9.07

el e as cadeiras

Serenidad
(lectura de madrugada)

Serenidad, tú para el muerto,
que yo estoy vivo y pido lucha.
Otros habrá que te deseen:
ésos no saben lo que buscan.
Si se durmieran nuestras almas,
si las tuviéramos maduras
para mirar inconmovibles,
para aceptar sin amargura,
para no ver la vida en torno
apasionadamente nunca,
duros y fríos, como piedra
que sopla el viento y no la muda...

Almas claras. Ojos despiertos.
Oídos llenos de la música
del dolor. Los dedos felices,
aunque nos hieran agudas
espinas. Todo el sabor agrio
de la vida, en la lengua.

"Nunca
podrás mojar tu pie en el río
en que ayer lo mojaste. Busca
la eternidad, vive en la alta
contemplación de su figura".

Palabrería de los libros
de la que deja el alma turbia.
Serenidad que se nos vende
por librarnos de la tortura,
por llenarnos de sueño el alma
y rodeárnosla de bruma.
Serenidad, tú para el muerto.
El hombre es hombre, y no le asusta
saber que el viento que hoy le canta
no volverá a cantarle nunca.
Serenidad, no te me entregues
ni te des nunca,
aunque te pida de rodillas
que me libertes de mi angustia.
Será que vivo sin saberlo
o que deserto de la lucha.
Tú no me escuches, no me eleves
hasta tu cumbre de luz única.

Palabrería de los libros
de la que deja el alma turbia.
Yo también me hago un poco libro,
me duermo el alma....

Luz difusa.
La madrugada se desgaja
agria y azul, como una fruta.
Cantan los pinos a lo lejos.
Un niño llora. Las desnudas
mujeres y hombres silenciosos
salen despacio de la últimas
sombras. Los pájaros me esperan.
Se alzan las olas. (Me preguntan
por qué.) Campanas... (Ayer niebla,
hoy claro sol y luego lluvia...)
¿por qué? Las hojas se estremecen...

Voy inundándome de música

José Hierro
Música: GERMÁN DÍAZ

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Fasme recordar cando hai anos moitas tardes eu o escoitaba con esa voz tan fermosa que tiña! Serenidad, soledad, un estado da alma, do corpo? Gracias

Anónimo dijo...

Serenidade, tranquilidade, calma, acougo, harmonía..., pode que todos sexan conceptos que teñan certa relación e que nos axuden a acadar ese estado ideal da alma e do corpo, ese tan desexado coma difícil equilibrio entre o noso interior e o exterior. Difícil pero necesario, eu diría que indispensable para ser capaces de aceptar aos demais tal e como son (cos seus defectos, debiliddes ou limitacións), para poder afrontar as adversidades cando chegan e para alcanzar ese estado de imperturbabilidade que nos permite disfrutar e gozar das pequenas cousas que temos cerca e de todo canto acontece ao redor de nós por insignificante que sexa. Quizais a serenidade tamén estea emparentada coa paciencia, da que alguén dixo que é "unha árbore de moi amargas raíces pero de moi doces froitos"...
Do que si estou segura, María, é de que grazas á lectura de poemas coma este e á escoita da música que o acompaña, podemos estar un pouquiño máis serenos.
Unha aperta de Ana.

María dijo...

Grazas polos comentarios. Non sei se son estados da alma ou do corpo, supoño que das dúas cousas, necesarios ás veces, molestos outras, nas que é importante a reacción.

Perdoade que ultimamente ando algo ausente. Mudeime e teño problemas para conectarme.

Saúdos, desde a beira do mar.